RESEÑA
Últimos días de la víctima es una
novela escrita por José Pablo Feinmann y fue llevada al cine en varias
oportunidades. La historia está narrada en la tercera persona del singular, por
lo tanto, el narrador es omnisciente.
Mendizábal es un asesino a sueldo al cual se le encarga el trabajo de
matar a Kulpe, un joven de entre treinta y treinta cinco años que vive en
Belgrano, eso es todo lo que sabe Mendizábal sobre su próxima víctima.
Mendizábal sabe que todas las personas a las que le mandaron a matar no son
inocentes, o al menos, eso es lo que se dice a si mismo; generalmente actua
rápido pero con precisión por eso lo contrataron. Sin embrago, esta vez decide
utilizar otro método, decide acercarse y conocer más sobre la vida de su
víctima, y es ahí donde se desata el conflicto, porque ahora Medizábal desea
tener la vida de Kulpe. Al seguirlo se da cuenta de que cumplió los cincuenta y
que está solo en el mundo y que no ha construido nada, por el contrario, lo
único que ha hecho es terminar con la vida de personas sin siquiera conocer el
motivo, la razón que le hacía merecer la muerte.
-“Que poco saben los hombres sobre su destino”- piensa Medizábal y la
historia le demostró que él también es un hombre y que también él desconocía su
destino. Es asesino se convierte en víctima y la víctima en asesino. Kulpe
terminó matando a Medizábal y así la vida que él quería vivir, y nunca pudo
vivir, acabó con la suya.
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